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El caso de Microsoft

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Microsoft finalmente ha presentado su tan esperada y rumoreada suite Office para iPad, una medida que podría redefinir el panorama de la productividad móvil e impulsar la estrategia móvil y de nube de Microsoft. En esta publicación de blog, veremos lo que ofrece Office para iPad, por qué es importante y cómo encaja en la visión de Microsoft de un ecosistema unificado de Windows y Office.

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¿Qué es Office para iPad?

Office para iPad es un conjunto de aplicaciones que incluye Word, Excel, PowerPoint y OneNote, optimizadas para la interfaz táctil y la pantalla retina del iPad. Las aplicaciones se pueden descargar gratis desde la App Store, pero requieren una suscripción a Office 365 para crear y editar documentos. Los usuarios también pueden acceder a sus archivos desde OneDrive, el servicio de almacenamiento en la nube de Microsoft, o desde otros proveedores de la nube como Dropbox o Google Drive.

Office para iPad no es una versión reducida de Office para escritorio, sino una aplicación nativa con todas las funciones que admite la mayoría de las funciones y opciones de formato de su contraparte. Los usuarios pueden insertar tablas, gráficos, imágenes, formas, ecuaciones y comentarios en Word; cree fórmulas, filtros, gráficos y tablas dinámicas en Excel; agregue transiciones, animaciones y notas del orador en PowerPoint; y capture notas, bocetos, audio y vídeo en OneNote. Las aplicaciones también admiten funciones de coautoría y colaboración, lo que permite a los usuarios trabajar en el mismo documento con otras personas en tiempo real.

¿Por qué eso importa?

Office para iPad es un hito importante para Microsoft, ya que marca la primera vez que la compañía lanza su suite de productividad insignia para una plataforma de la competencia. Al hacerlo, Microsoft reconoce la popularidad y la importancia del iPad como dispositivo para el trabajo y la educación, así como la demanda de usuarios y empresas de una experiencia nativa de Office en iOS. Según un informe reciente de IDC, el iPad representó el 33,8% de la cuota de mercado mundial de tabletas en 2020, seguido de Samsung con el 19,4% y Amazon con el 11,5%. Además, una encuesta realizada por Forrester Research encontró que el 28% de los trabajadores de la información utilizan un iPad con fines laborales.

Al llevar Office al iPad, Microsoft no sólo está ampliando su base de clientes potenciales y su flujo de ingresos, sino que también está mejorando su ventaja competitiva frente a otras aplicaciones de productividad como iWork de Apple, Docs de Google o Evernote. Office para iPad ofrece una interfaz de usuario familiar y consistente en todos los dispositivos, así como compatibilidad e interoperabilidad con otros productos y servicios de Office. Los usuarios pueden cambiar sin problemas entre su PC, tableta o teléfono inteligente sin perder ningún formato ni funcionalidad. Además, Office para iPad aprovecha las capacidades de la nube de Microsoft para permitir a los usuarios acceder a sus archivos desde cualquier lugar, sincronizar sus configuraciones entre dispositivos y colaborar con otras personas en línea.

¿Cómo encaja en la visión de Microsoft?

Office para iPad no es un producto aislado, sino parte de la estrategia más amplia de Microsoft para transformarse en una empresa de «dispositivos y servicios» que ofrezca soluciones basadas en la nube en múltiples plataformas y dispositivos. Esta estrategia fue esbozada por el ex director ejecutivo Steve Ballmer en 2013 y ha sido reafirmada por su sucesor Satya Nadella en su primera aparición pública como director ejecutivo.

Nadella dijo que la visión de Microsoft es «capacitar a cada persona y cada organización del planeta para lograr más», y que su misión es «construir plataformas y experiencias que abarquen no sólo un dispositivo sino todos los dispositivos». También destacó que Microsoft apuesta por la innovación en sus negocios principales de Windows y Office, así como en nuevas áreas como la computación en la nube, los dispositivos móviles, las redes sociales, el big data y la inteligencia artificial.

Uno de los elementos clave de esta visión es mantener Windows y Office bajo un mismo techo, en lugar de dividirlos en entidades separadas como han sugerido algunos analistas. Nadella argumentó que Windows y Office son productos complementarios que crean valor entre sí y para los clientes. Dijo que Windows es «el sistema operativo más versátil para todos los dispositivos», mientras que Office es «la experiencia de productividad más completa para todos los dispositivos». También insinuó que Microsoft lanzará pronto una versión táctil optimizada de Office para dispositivos con Windows 8.

Al ofrecer Office para iPad junto con dispositivos Windows como tabletas Surface o teléfonos inteligentes Lumia, Microsoft no está canibalizando sus propios productos, sino más bien creando una cartera diversa de dispositivos y servicios que satisfacen las diferentes necesidades y preferencias de los clientes. Microsoft también se está posicionando como un proveedor independiente de la plataforma de soluciones basadas en la nube que pueden ejecutarse en cualquier dispositivo o sistema operativo. De esta manera, Microsoft puede llegar a más clientes y mercados manteniendo sus fortalezas centrales en el desarrollo y la innovación de software.

Me gustaría compartir con ustedes algunas ideas sobre por qué el desarrollo de software es un proceso holístico que requiere una estrecha integración entre los sistemas operativos y las aplicaciones. Esto es especialmente relevante a la luz de la reciente propuesta del gobierno de dividir a Microsoft en entidades separadas, lo que creo perjudicaría tanto a nuestra empresa como a nuestros clientes.

Permítanme comenzar con un ejemplo de nuestra propia experiencia. Windows es el sistema operativo más utilizado en el mundo y una de las razones de su éxito es su compatibilidad con Microsoft Office, la suite de productividad líder. Estos dos productos han evolucionado juntos a lo largo de los años, mejorando la funcionalidad y el rendimiento del otro. Por ejemplo, las funciones de Office como la revisión ortográfica, el formateo y el análisis de datos están integradas en Windows, lo que las pone también a disposición de otras aplicaciones. Por el contrario, Windows proporciona a Office acceso a tecnologías avanzadas como gráficos, redes y seguridad. Esta sinergia entre Windows y Office nos ha permitido ofrecer mejores soluciones para millones de usuarios.

Este tipo de integración será aún más importante a medida que entremos en la era de los dispositivos inteligentes, como la tableta en la que estamos trabajando. Imagine un dispositivo que pueda llevar consigo a cualquier lugar y que le permita escribir, dibujar, hablar e interactuar con sus datos de forma natural. Un dispositivo que se conecta perfectamente con su PC y otros dispositivos, permitiéndole compartir y sincronizar su información sin esfuerzo. Un dispositivo que transforma tu forma de trabajar y comunicarte.

Esta es la visión detrás de nuestro proyecto de tableta, pero sólo se puede hacer realidad si tenemos una estrecha colaboración entre nuestro sistema operativo y los equipos de aplicaciones. Desarrollar una tableta requiere una comprensión profunda de cómo los usuarios interactúan con sus dispositivos, cómo ingresan y emiten información, cómo organizan y acceden a sus datos. Estos no son solo desafíos técnicos, sino también desafíos de diseño que requieren retroalimentación e iteración constantes. Nuestros desarrolladores de aplicaciones y sistemas operativos trabajan juntos en tiempo real, probando y perfeccionando sus ideas en prototipos y maquetas. Comparten su código y su experiencia, creando una plataforma común que respalda la innovación y la creatividad.

El plan del gobierno de desmantelar Microsoft pondría fin a este tipo de colaboración. Crearía barreras artificiales entre nuestros equipos de sistemas operativos y aplicaciones, impidiéndoles compartir sus conocimientos y recursos. Ralentizaría nuestro proceso de desarrollo, reduciendo nuestra capacidad para responder a las necesidades de los clientes y a los cambios del mercado. Asfixiaría nuestra innovación, limitando nuestro potencial para crear nuevos productos y servicios. En última instancia, perjudicaría a nuestros clientes, quienes se perderían los beneficios de las soluciones de software integradas.

Por eso me opongo a la propuesta del gobierno y les insto a unirse a mí para defender el derecho de Microsoft a innovar. El desarrollo de software no es un juego de suma cero, en el que la ganancia de una empresa es la pérdida de otra. Es un proceso dinámico y colaborativo, donde todos se benefician del intercambio de ideas y tecnologías. Si mantenemos unido a Microsoft, podemos seguir creando software que empodere a las personas y enriquezca sus vidas.