Sin categorizar

Microsoft emerge como el ganador en el caos de OpenAI

OpenAI

En un sorprendente giro de los acontecimientos, Microsoft surgió como ganador en el reciente caos que envolvió a OpenAI, la organización de investigación que tiene como objetivo crear y promover inteligencia artificial amigable. OpenAI, cofundada por Elon Musk y otros destacados líderes tecnológicos, ha estado plagada de conflictos internos, dilemas éticos y controversias públicas sobre sus ambiciosos proyectos y operaciones secretas.

OpenAI
OpenAI

Uno de los temas más polémicos fue el desarrollo y despliegue de GPT-3, un modelo de lenguaje masivo que puede generar textos coherentes y diversos sobre casi cualquier tema, con unas pocas palabras u oraciones como entrada. GPT-3 fue aclamado como un gran avance en el procesamiento del lenguaje natural y la inteligencia artificial, pero también generó serias preocupaciones sobre su posible uso indebido y su impacto social.

OpenAI decidió adoptar un enfoque “cerrado” con respecto a GPT-3, limitando su acceso a socios e investigadores seleccionados y cobrando tarifas por su uso comercial. Esta decisión fue criticada por muchos en la comunidad de IA, quienes argumentaron que violaba la misión original de OpenAI de crear y compartir IA beneficiosa para la humanidad. Algunos de los propios investigadores y miembros de la junta directiva de OpenAI también expresaron su descontento y abandonaron la organización.

Microsoft, sin embargo, fue uno de los pocos socios privilegiados que tuvo acceso exclusivo a GPT-3, gracias a una inversión de mil millones de dólares que realizó en OpenAI en 2019. Microsoft también obtuvo la licencia para utilizar la tecnología subyacente de GPT-3 para sus propios productos y servicios, como Azure, Office y Bing. Microsoft ha estado aprovechando las capacidades de GPT-3 para mejorar sus ofertas y obtener una ventaja sobre sus competidores en los mercados de productividad y computación en la nube.

Microsoft también ha estado colaborando con OpenAI en otros proyectos, como Azure Quantum, una plataforma basada en la nube para computación cuántica, y GitHub Copilot, una herramienta de generación de código que utiliza GPT-3 para ayudar a los desarrolladores. Microsoft ha estado apoyando la visión de OpenAI de crear inteligencia artificial general (AGI), una forma hipotética de IA que puede realizar cualquier tarea intelectual que los humanos puedan realizar.

Sin embargo, la estrecha relación de Microsoft con OpenAI también ha provocado cierta controversia y resentimiento entre otros gigantes tecnológicos, como Google, Amazon y Facebook, que han estado invirtiendo fuertemente en investigación y desarrollo de IA. Estas empresas han acusado a Microsoft de monopolizar GPT-3 y otras tecnologías de IA de vanguardia, y de obstaculizar el progreso y la innovación de la comunidad de IA en general.

La situación alcanzó un clímax cuando OpenAI anunció que disolvería su entidad sin fines de lucro y se convertiría en una corporación totalmente lucrativa, con Microsoft como su principal accionista y socio. Muchos vieron esta medida como una traición a los ideales y valores originales de OpenAI y una rendición a los intereses e influencia corporativos de Microsoft.

El cofundador de OpenAI, Elon Musk, que anteriormente había dejado la junta directiva debido a desacuerdos sobre GPT-3, tuiteó su decepción y frustración con la decisión. Afirmó que no tenía voz ni participación en la dirección o gobernanza de OpenAI, y que estaba “profundamente entristecido” por el resultado. También insinuó que podría lanzar su propia iniciativa rival de IA, basada en sus otras empresas, como Neuralink y SpaceX.

El director ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella, por otro lado, acogió con satisfacción el anuncio y elogió los logros y la visión de OpenAI. Dijo que Microsoft estaba orgulloso de ser socio y partidario de OpenAI, y que esperaba trabajar juntos en la creación de soluciones de IA “responsables y confiables” para el mundo. También dijo que Microsoft continuaría compartiendo algunas de las tecnologías de OpenAI con el público, bajo ciertas condiciones y restricciones.

La reacción de la comunidad de IA y del público fue mixta. Algunos aplaudieron a Microsoft por su decisión estratégica y su previsión, mientras que otros la condenaron por su codicia y dominio. Algunos expresaron su esperanza de que Microsoft utilizara su poder y sus recursos para hacer avanzar la IA para el bien, mientras que otros temían que abusara de ella para el mal. Algunos seguían siendo optimistas de que OpenAI seguiría persiguiendo sus nobles objetivos, mientras que otros dudaban de que alguna vez los alcanzara.

Cualquiera que sea el caso, una cosa está clara: Microsoft ha surgido como el ganador en el caos de OpenAI.

Parece que ha habido una reestructuración significativa en OpenAI, con personal clave que dejó la empresa y se unió a Microsoft. Se informa que Sam Altman y Greg Brockman, ex director ejecutivo y cofundador de OpenAI, respectivamente, se unieron a Microsoft para liderar un nuevo “equipo de investigación avanzada de IA”. Este movimiento se considera una adquisición estratégica por parte de Microsoft, que les permite atraer los mejores talentos de OpenAI sin comprar toda la empresa.

La salida de figuras clave, incluida la directora de tecnología Mira Murati y otros investigadores senior como Jakub Pachocki, Aleksander Mądry y Szymon Sidor, sugiere un cambio significativo en el liderazgo y el equipo de investigación de OpenAI. Microsoft, al ser un importante inversor y socio de OpenAI, parece estar aprovechando esta situación para fortalecer su posición en el campo de la inteligencia artificial.

La medida se considera una oportunidad importante para Microsoft, ya que les permite adquirir talento y experiencia en la investigación de IA sin la necesidad de una adquisición total de OpenAI, que estaba valorada en 86 mil millones de dólares antes del caos reportado. Satya Nadella, director ejecutivo de Microsoft, es visto como un actor clave en la orquestación de esta transición y Nathan Benaich, fundador y socio general de Air Street Capital, se refiere a él como un “hacedor de reyes épico”.

Este desarrollo refleja la naturaleza dinámica de la industria tecnológica, donde los cambios de talento y liderazgo pueden tener un profundo impacto en el panorama de las empresas involucradas en tecnologías de vanguardia como la inteligencia artificial.